Por Anna Minard, NY Times
Las cáscaras de banana ya no sirven únicamente para hacer composta o para programas de comediantes: una nueva investigación muestra que pueden extraer metales pesados contaminantes del agua de los ríos.
Metales como plomo y cobre entran a las vías fluviales a través de una variedad de fuentes, incluyendo el deslave agrícola y desperdicios industriales. Una vez ahí, los metales pesados pueden contaminar el suelo y representar serios riesgos de salud para los humanos y otras especies. Se sabe que el plomo afecta el cerebro y el sistema nervioso.
Tradicionalmente, los ingenieros especializados en la calidad del agua han utilizado sílice, celulosa y óxido de aluminio para extraer del agua los metales pesados, pero estas estrategias son muy caras y conllevan efectos secundarios propios potencialmente tóxicos. Funcionan como extractores debido a la presencia de ácidos como los encontrados en los grupos carboxílicos y fenólicos, que atraen iones de metal.
Las bananas, por otra parte, parecen ser una solución segura. Las cáscaras de banana también tienen mejor desempeño que su competencia, dice Gustavo Castro, investigador del Instituto de Biociencias de Botucatu, Brasil, y coautor de un nuevo estudio sobre este uso.
Para el estudio, Castro y su equipo secaron y molieron cáscaras de bananas y las combinaron con matraces de agua con concentraciones metálicas conocidas. También elaboraron filtros de agua con las cáscaras e hicieron correr agua a través de éstos.
En ambos escenarios, “el metal fue extraído del agua y se quedó mezclado en las cáscaras”, señala Castro, precisando que la capacidad de extracción de las cáscaras de banana excedió la de otros materiales usados para quitar metales pesados.
Trabajos previos han mostrado que otras plantas – incluyendo desperdicios de manzanas y caña de azúcar, fibras de coco y cáscaras de maní – puede quitar al agua toxinas potenciales.
No lo haga en casa
Castro no aconseja el uso de cáscaras de banana para purificación el agua de las casas. Para empezar, la concentración de metales pesados en el agua corriente normalmente es insignificante. También, aunque poner cáscaras de banana en contacto con el agua probablemente extraerá algunos metales, es improbable que la persona promedio cuantifique el éxito.
Según Castro, los descubrimientos de su estudio muy probablemente serán usados en ambientes industriales.
El nuevo estudio aparece publicado en Industrial & Engineering Chemistry Research, una revista de la Sociedad Estadounidense de Química.
De National Geographic News - Distribuido por The New York Times Syndicate
sábado, 26 de marzo de 2011
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