lunes, 8 de febrero de 2010

Hallado rastro de mil años

TUXTLA GUTIÉRREZ, Chiapas, México, 8 de enero de 2010. (Notimex).- Arqueólogos del INAH descubrieron una estela con una antiguedad aproximada de mil años, que tiene labrada, en bajorrelieve, una escena de toma de poder de un grupo maya sobre otro.

El hallazgo se hizo a fines de 2009 en el sitio arqueológico de Lagartero, en el municipio chiapaneco La Trinitaria, en el décimo cuerpo de la Pirámide, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien prepara la apertura al público del lugar para mediados de este año, según la lista de nuevos sitios anunciados para abrir antes de 2012.

La arqueóloga Sonia Rivero Torres, encargada del Proyecto Arqueológico Lagartero, informó que el monumento conmemorativo -el primero encontrado completo en el sitio- tiene una longitud aproximada de 2.0 metros, 55 centímetros de ancho y seis centímetros de espesor, y fue tallado en un roca metamórfica, conocida localmente como "corazón de piedra".

"En el monumento prehispánico se observa la imagen de perfil de un jerarca maya, quien se yergue sobre un banco y porta una bolsa de copal en una de las manos', añadió.

Agregó que lleva como atavío un taparrabo enlazado con una banda, sandalias y un tocado de plumas. A sus pies y boca arriba, colocado sobre el banco, yace otro personaje de dimensiones menores, con el torso abierto en señal de sacrificio o dominio".

"En general, la escena posee elementos de muerte; cabe citar que ésta enmarca con una cenefa representada con huesos largos. Por la ubicación y el estilo de la estela, se deduce que ésta refiere a un señor maya venido de una región cercana, quien llegó y dominó el sitio que hoy conocemos como Lagartero, alrededor del año 1000 d.C.", anotó Rivero.

La experta, adscrita a la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH, detalló que la estela fue descubierta al explorar una cesta de forma rectangular (caja de piedra), la cual posiblemente fue saqueada en tiempos prehispánicos, toda vez que no se encontraron restos óseos en su interior.

La última temporada de campo en Lagartero, que comprendió la exploración y consolidación de la Pirámide 4, también trajo más hallazgos.

Al bajar a otro nivel de la estructura piramidal fueron ubicados un par de cajetes grandes (fragmentados pero completos), uno de los cuales contenía una olla entera de menor tamaño.

Junto a esta cerámica estaba dispuesto un plato polícromo de los llamados estilo Códice y un vaso negro con tapa zoomorfa que contenía una rica ofrenda de objetos de jadeíta, de la que sobresalen dos orejeras, una tortuga articulada y cuentas de collar.

Esta segunda cista fue ocupada en 800 d.C., en el periodo conocido como Clásico Tardío.

Una tercera caja fue hallada en el quinto cuerpo de la Pirámide 4, de cuyo interior se recuperaron 40 vasijas de diferentes formas con engobe negro y vasos zoomorfos, y algunos huesos humanos.

El centro ceremonial prehispánico de Lagartero se extiende a lo largo y ancho de las ocho hectáreas (adquiridas por el INAH) que comprende el islote El Limonar, el más grande de los 11 que se distribuyen en la zona lacustre Lagos de Colón, en el ejido Cristóbal Colón, municipio La Trinitaria, Chiapas.

La arqueóloga Rivero precisó que conforme la cerámica encontrada en las 12 temporadas de investigación -desarrolladas desde 1990- en el sitio de Lagartero, se sabe que éste tuvo una ocupación desde el periodo Clásico hasta el Posclásico Temprano, es decir de 300 d.C. a 1200 d.C.

Dada su ubicación estratégica en un ciénega (que es el hábitat de especies de agua dulce, caso del lagarto) este asentamiento maya tenía control sobre estos recursos naturales e incluso, podía restringir su acceso por vía acuática.

Lagartero fue un punto clave en el intercambio de bienes y productos entre las Tierras Altas de Guatemala y el Altiplano Central mexicano.

En lo que corresponde al trabajo arqueológico -continuó la experta del INAH-, hasta el momento se ha consolidado un juego de pelota de tipo cerrado, junto con sus cinco altares, así como las estructuras arquitectónicas de sus lados este y suroeste.

También, se han liberado siete construcciones de carácter habitacional.

En lo que respecta a la plaza principal, tres de las cuatro pirámides que la limitan están ya consolidadas; será la número 2 -la más grande con una altura de 11 metros- en la que se concentrarán las labores arqueológicas este 2010.

Whisky de 100 años en la Antártida

WELLINGTON, Nueva Zelanda, febrero 8 de 2010. (AP) - Un grupo de restauradores encontró un whisky que pasó 100 años en las rocas.

Cinco cajas de whisky y dos de brandy fueron recuperadas por el equipo que restauraba una cabaña antártica que fue usada hace más de 100 años por el famoso explorador polar Ernest Shackleton.

El hielo hizo que se quebraran algunas de las botellas que habían sido abandonadas ahí en 1909 cuando la expedición tuvo que marcharse, pero los restauradores dijeron el viernes que confían en que las cajas contengan algunas botellas intactas "pues se puede escuchar un líquido cuando se mueven".

El grupo pensó que sólo había dos cajas y les sorprendió encontrar cinco, dijo el líder del equipo del Fondo de la Herencia Antártica de Nueva Zelanda Al Fastier.

Los propietarios actuales de la destiladora que fabricó las botellas de whisky, el grupo Whyte & Mackay, comenzaron la campaña para tratar de recuperar las botellas de la bebida para hacerles pruebas y decidir si vuelven a lanzar esa mezcla en especial, pues la receta está perdida.

Fastier dijo que los restauradores encontraron las cajas con las botellas bajo el piso de madera de la cabaña en 2006, pero estaban demasiado enterradas en el hielo como para recuperarlas.

Los neocelandeses aceptaron taladrar el hielo para recuperar algunas botellas aunque el resto deberá permanecer según las reglas de conservación de un tratado antártico.

Richard Paterson, especialista de mezclas en Whyte and Mackay, cuya compañía proporcionó el whisky Mackinlay para la expedición de Shackleton, describió el descubrimiento como un "regalo del cielo para los amantes del whisky".

"Si los contenidos se pueden confirmar y extraer y analizar de forma segura, la mezcla original podría ser replicada. Como la receta original ya no existe esto es una forma de abrir una puerta a la historia", dijo en un comunicado.

lunes, 1 de febrero de 2010

Tomás Eloy Martínez (1934-2010)

El periodista y escritor argentino Tomás Eloy Martínez falleció este domingo 31 de enero de 2010 en Buenos Aires a los 75 años tras una larga lucha contra el cáncer. Nacido en 1934 en la localidad de San Miguel de Tucumán, colaboraba como columnista habitual en EL PAÍS y otros diarios como La Nación y The New York Times, así como en diversos medios impresos de su país como los semanarios Panorama y Primera Plana.

En 2009 EL PAÍS le otorgó el premio Ortega y Gasset de periodismo a toda su trayectoria profesional, a cuya entrega no pudo acudir por prescripción de sus médicos. En 2002 ganó el premio Alfaguara de novela por El vuelo de la reina.

Eloy Martínez, que empezó como corrector de pruebas en el diario La Gaceta, en su ciudad natal, Tucumán, abrazó el periodismo con pasión en unos años en los que "la imaginación estaba prohibida". Por eso combinó la profesión de reportero con la literatura. "Como informar con llaneza y alinear los hechos en un orden militar era para mí empobrecerlos y deslucirlos, lo que hice fue narrarlos", escribió en la nota que envió a la entrega de los premios Ortega y Gasset, en la que quiso recordar también que "el periodismo es, ante todo, un acto de servicio". "Ser periodista significa ponerse en el lugar del otro, comprender lo otro. Y, a veces, también ser otro", remarcó.

En los años setenta fue amenazado en Argentina por la organización terrorista de ultraderecha La triple A, por lo que tuvo que exiliarse a Caracas, donde residió entre 1975 y 1983 y fundó otro rotativo, El Diario. En 1991 participó en la creación del periódico Siglo XXI en Guadalajara (México) y del suplemento Primer Plano en Página 12. También fue profesor en la universidad Rutgerts de Nueva Jersey, a cargo de un programa de Estudios Latinoamericanos, y tuvo un papel central en la creación de la fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, creada por su amigo Gabriel García Márquez, premio Nobel colombiano.

Además de extraordinario periodista, Eloy Martínez fue también un reconocido escritor. Son suyos títulos como La pasión según Trelew, que estuvo prohibido durante la dictadura de Varela, y Santa Evita, la novela argentina más traducida de todos los tiempos. También fue autor de diversos ensayos y guiones de cine.

Ver aquí otros temas sobre el autor:
"Sin investigación no creo posible ningún tipo de relato"
Los desaparecidos de Tomás Eloy"Hay 10 años de mi vida que se han ido para siempre y que son irrecuperables"
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"El anonimato digital potencia el periodismo amarillo"
El periodista que no cesó de narrar

Lee el último artículo de Tomás Eloy Martínez en EL PAÍS

"Mereció el Cervantes": Fuentes

CIUDAD DE MÉXICO, 1º. de febrero de 2010. (AFP) - El novelista mexicano Carlos Fuentes lamentó la muerte de su "entrañable" amigo Tomás Eloy Martínez y sostuvo que la trayectoria del escritor y periodista argentino mereció el Premio Cervantes, declaró a la prensa mexicana.

"Lo que lamento mucho es que no se le haya reconocido y premiado lo suficiente. Merecía muchos reconocimientos, desde luego el Cervantes", dijo Fuentes, de 81 años, al referirse en el diario Reforma al fallecimiento de Eloy Martínez.

"Queda su gran obra novelística, 'La novela de Perón' y 'Santa Evita', y las novelas recientes con su mirada hacia el pasado trágico de la política argentina, con una prosa diáfana, enérgica y maravillosa", añadió.

Fuentes, Premio Cervantes en 1987, reconoció a Eloy Martínez como "uno de los grandes escritores que teníamos en América Latina".

El escritor mexicano dijo sentirse desolado por el fallecimiento de su "amigo entrañable" y destacó la "gran labor cultural" que realizó Eloy Martínez durante su extensa trayectoria, en la que creó varios suplementos de periódicos y revistas en Argentina y Venezuela, donde se exilió durante la última dictadura argentina (1976-1983).