domingo, 28 de diciembre de 2014

La hilarante, etílica y sangrienta Batalla de Karánsebes


Una de las muchas estampas de la guerra ruso-turca (Wikimedia commons)
Una de las muchas estampas de la guerra ruso-turca (Wikimedia Commons)


Parece bastante factible que a algún lector le llame la atención que incluya el término ‘hilarante’ en el título de este post, sobre todo teniendo en cuenta que la batalla a la que está dedicado se cobró, según cuentan algunas fuentes, la escalofriante cifra de 10.000 víctimas mortales.
 
Pero comprenderán la inclusión de esa palabra cuando conozcan los detalles de cómo y por qué se desarrolló la mencionada batalla, descrita por algunas fuentes como "más estúpida de la Historia".

Para ponernos en situación debemos viajar hasta el año 1788, una época en la que eran frecuente los conflictos bélicos entre los diferentes imperios con el propósito de ir anexionándose regiones y países.

Por aquel entonces el Imperio Otomano era uno de los más potentes y llevaba cinco siglos de expansión a través de las numerosísimas guerras a las que se enfrentaba, en aquel momento estaba inmerso en un conflicto bélico contra el Imperio Ruso, quienes contaban como aliado con el ejército austriaco del Sacro Imperio Romano Germánico.

Como peculiaridad cabe destacar que el austriaco era un ejército que estaba conformado por 100.000 hombres de múltiples nacionalidades, no entendiéndose entre sí la mayoría de ocasiones debido a que cada uno hablaba un idioma diferente.

El 17 de septiembre de 1788 un contingente de la caballería austriaca llegaba a las inmediaciones de la población de Karansebes (actualmente en Rumanía pero por aquel entonces bajo dominio otomano). Se preparaba un gran ataque para ganar posiciones al enemigo turco y los soldados estaban concienciados de la dura batalla que les tocaría librar.

Por el camino se encontraron con un grupo de comerciantes de etnia gitana que les ofrecieron unos cuantos barriles de aguardiente a un excelente precio. Sin pensárselo dos veces decidieron comprarles todo el alcohol y darse un buen festín etílico mientras esperaban la llegada del resto de soldados.

Horas después, cuando la mayoría de los miembros de la caballería austriaca estaban borrachos y habían acabado con la práctica totalidad del aguardiente llegó el contingente de infantería, quienes al ver aquel panorama quisieron apuntarse a la fiesta y beber también unos buenos tragos.

Pero se encontraron con la negativa de los húsares en querer compartir el poco aguardiente que les quedaba (algunas fuentes apuntan que tan solo había sobrado un barril). Como es de imaginar comenzaron las discusiones entre los miembros de los diferentes cuerpos del ejército austriaco, teniendo en cuenta que parte de ellos estaban borrachos como una cuba y sus facultades y raciocinio no eran las más adecuadas para entrar en razón, por lo que en cuestión de minutos se montó una violenta tangana y acabaron a puñetazo limpio.

Alguien, con buena intención, intentó parar la pelea dando un disparo al aire, pero fue algo que puso mucho más nerviosos a los allí presentes que creyeron que estaban siendo atacados por los turcos.

Tampoco ayudó el hecho de que cada uno hablase un idioma diferente y pocos entendieran el verdadero significado de ¡halt, halt! (¡alto, alto!) que algunos soldados gritaban en alemán. El desconocimiento del idioma, el estado de borrachera de un gran número de soldados y la tensión que allí se estaba viviendo hizo que la mayoría entendiesen esos ‘halt’ como gritos a ‘Alá’ realizados por soldados otomanos, cosa que complicó mucho más el asunto, desmadrándose por completo y produciéndose una penosa y dantesca batalla que causó nada más y nada menos que alrededor de 10.000 muertos.

El Imperio Otomano había ganado una importante batalla sin tan siquiera haberse presentado. Sin lugar a dudas la Batalla de Karánsebes se convirtió en una de las más dolorosas y bochornosas derrotas de José II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Aunque este episodio está ampliamente publicado por múltiples fuentes son muchos los historiadores que dudan de la veracidad de algunas partes de este relato, siendo motivo de discusión en numerosos foros y páginas dedicadas a la Historia y en concreto a este tema. La primera cita que existe sobre el suceso fue escrita 55 años después del incidente.

Dentro de las dudas que pueda presentar la veracidad o no de alguna parte de esta historia, lo curioso y llamativo de la misma ha hecho que quiera compartirla con ustedes y como se suele decir en estos casos: ‘se non è vero, è ben trovato’.


Publicado por Yahoo! en Español