jueves, 25 de septiembre de 2008

Déjà vu

Para otros usos de este término, véase Déjà Vu (desambiguación).

El término déjà vu (/deza vy/, en francés ‘ya visto’) o paramnesia describe la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva. Este término fue acuñado por el investigador psíquico francés Émile Boirac (1851-1917) en su libro L'Avenir des sciences psychiques (‘El futuro de las ciencias psíquicas’), basado en un ensayo que escribió mientras estudiaba en la Universidad de Chicago.

Contenido:

1 Generalidades
2 Tipos de déjà vu
2.1 Déjà vécu
2.2 Déjà senti
3 Investigación científica
3.1 Relaciones con desórdenes
3.2 Farmacología
3.3 Explicaciones basadas en la memoria
3.4 Teorías neurales
4 Investigación pseudocientífica
4.1 Parapsicología
4.2 Sueños
4.3 Reencarnación
5 Fenómenos relacionados
5.1 Jamais vu
5.2 Presque vu
5.3 L'esprit de l'escalier
6 Referencias en la cultura popular
7 Notas
8 Véase también
9 Enlaces externos

Generalidades

La experiencia del déjà vu suele ir acompañada por una convincente sensación de familiaridad y también por una sensación de «sobrecogimiento», «extrañeza» o «rareza». La experiencia «previa» es con frecuencia atribuida a un sueño, aunque en algunos casos se da una firme sensación de que la experiencia «ocurrió auténticamente» en el pasado.


La experiencia de déjà vu parece ser muy común. En estudios formales, el 60% o más de la población afirma haberla experimentado al menos una vez.[1] También se encuentran referencias a la experiencia de déjà vu en literatura del pasado, lo que indica que no es un fenómeno nuevo. Ha sido extremadamente difícil invocar la experiencia del déjà vu en el laboratorio, por lo que se han realizado pocos estudios empíricos. Recientemente, los investigadores han hallado formas de recrear esta sensación usando hipnosis.[2]

Tipos de déjà vu Según Arthur Funkhouser hay dos tipos principales de déjà vu: [3]

Déjà vécu

Normalmente traducido como ‘ya vivido’ o ‘ya experimentado’, el déjà vécu se describe en una cita de
Dickens:

Todos tenemos alguna experiencia de la sensación, que nos viene ocasionalmente, de que lo que estamos diciendo o haciendo ya lo hemos dicho y hecho antes, en una época remota; de haber estado rodeados, hace tiempo, por las mismas caras, objetos y circunstancias; de que sabemos perfectamente lo que diremos a continuación, ¡como si de pronto lo recordásemos![4].

Cuando la mayoría de la gente habla de déjà vu lo que realmente experimentan es un déjà vécu. Las encuestas han revelado que hasta el 70% de la población ha tenido estas experiencias, normalmente en edades de 15 a 25 años, cuando la mente aún está sujeta a advertir el cambio en el entorno.
[5] La experiencia suele estar relacionada con un suceso muy banal, pero es tan impactante, que se recuerda durante años.

El déjà vécu alude a una experiencia que incluye más que la simple vista, por lo que etiquetarla como déjà vu suele ser inexacto. La sensación incluye una gran cantidad de detalles, percibiéndose que todo es exactamente como fue antes.

Más recientemente, el término déjà vécu ha sido usado para describir sentimientos muy intensos y persistentes de un tipo de déjà vu, que suceden como parte de un desorden de memoria.[6]

Déjà senti

Este fenómeno alude a algo ‘ya sentido’. A diferencia de la precognición implícita al déjà vécu, el déjà senti es primordial o incluso exclusivamente un suceso mental, carece de aspectos precognitivos y rara vez permanece en la memoria de la persona que lo experimenta.


El Dr. John Hughlings registró las palabras de uno de sus pacientes que sufría epilepsia del lóbulo temporal o psicomotora en un ensayo de 1889:


"Lo que ocupa la atención es lo que la ha ocupado antes, y de hecho ha sido familiar, pero ha estado olvidado durante un tiempo y ahora se recupera con una leve sensación de satisfacción como si se hubiese estado buscando. Al mismo tiempo, o más exactamente en una secuencia inmediata, advierto sutilmente que el recuerdo es ficticio y mi estado anormal".

"El recuerdo siempre empieza gracias a la voz de otra persona o a mi propio pensamiento verbalizado o a lo que estoy leyendo o verbalizando mentalmente, y creo que durante el estado anormal suelo verbalizar alguna frase de simple reconocimiento como «Ah, sí: ya veo» o «Por supuesto, ya recuerdo», pero un minuto o dos después no puedo recordar ni las palabras ni el pensamiento verbalizado que dio lugar al recuerdo. Sólo hallo la fuerte sensación de que se parecen a lo que he sentido antes bajo parecidas condiciones anormales".

"Al igual que el paciente del Dr. John Hughlings, algunos epilépticos del lóbulo temporal pueden experimentar este fenómeno".

Investigación científica

En los últimos años el déjà vu ha sido sometido a seria investigación psicológica y neurofisiológica. Su explicación más plausible es que el déjà vu no es un acto de «precognición» o «profecía» sino más bien una anomalía de la memoria: la impresión de que una experiencia está «siendo recordada». Esta explicación se ve corroborada por el hecho de que en la mayoría de los casos la sensación de «recuerdo» en el momento es fuerte, pero las circunstancias de la experiencia «previa» (cuándo, dónde y cómo ésta ocurrió) resultan bastante inciertas.

Asimismo, a medida que el tiempo pasa, los sujetos pueden exhibir un fuerte recuerdo de haber sufrido la «perturbadora» experiencia de déjà vu en sí misma, pero ningún recuerdo de los sucesos o circunstancias específicas que estaban «rememorando» cuando tuvieron dicha experiencia.

En particular, puede ser el resultado de un solapamiento entre los sistemas neurológicos responsables de la memoria a corto plazo (sucesos que se perciben como pertenecientes al presente) y los responsables de la memoria a largo plazo (sucesos que se perciben como pertenecientes al pasado).

Muchos teóricos creen que la anomalía de la memoria sucede cuando la mente consciente de uno tiene un ligero retraso en la recepción de las entradas perceptivas. En otras palabras, la mente inconsciente percibe el entorno antes que la mente consciente. Esto provoca que la propia consciencia perciba algo que ya está en la memoria, incluso a pesar de que lo esté sólo un instante de diferencia con la percepción.

Relaciones con desórdenes

Se ha encontrado una correlación clínica entre la experiencia de déjà vu y desórdenes tales como la esquizofrenia y la ansiedad,[7] y la probabilidad de sufrirla se incrementa considerablemente en sujetos que están en tales condiciones. Sin embargo, la asociación patológica más fuerte del déjà vu es con la epilepsia del lóbulo temporal.[8] [5]

Esta correlación ha llevado a algunos investigadores a especular que la experiencia de déjà vu es posiblemente una anomalía neurológica relacionada con descargas eléctricas indebidas en el cerebro. Así como la mayoría de la gente sufre un episodio epiléptico leve (es decir, no patológico) regularmente (por ejemplo, la repentina «sacudida» que ocurre con frecuencia justo antes de caer dormido o sacudida hipnagógica), se ha conjeturado que una (leve) aberración neurológica similar ocurre en la experiencia de déjà vu, dando como resultado una sensación de memoria errónea.

Farmacología

Se ha informado que ciertas drogas incrementan las posibilidades de experimentar un déjà vu. Algunos fármacos, cuando se combinan, también provocan déjà vu. Taiminen y Jääskeläinen (2001) informaron del caso de un hombre por lo demás sano que empezó a experimentar intensas sensaciones de déjà vu recurrentes cuando tomaba amantadina y fenilpropanolamina para aliviar los síntomas de la gripe. Encontró la experiencia tan interesante, que completó el tratamiento e informó a los psicológos, quienes lo recogieron. Debido a la acción dopaminérgica de los fármacos y los hallazgos previos de estimulación por electrodos del cerebro (por ejemplo, Bancaud, Brunet-Bourgin, Chauvel y Halgren, 1994), Taiminen y Jääskeläinen especulan que el déjà vu sucede como resultado de la acción hiperdopaminérgica en la zonas mesial y temporal del cerebro.

Explicaciones basadas en la memoria

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Teorías neurales

A finales del siglo XIX y principios del XX, era ampliamente considerado que el déjà vu podia ser causado por lapsos temporales en la sinapsis
neuronal. Se pensaba que este lapso llevaba al cerebro a creer que estaba sufriendo un estimulo por segunda vez, cuando de hecho, estaba simplemente re-experimentando el mismo evento de una fuente ligeramente retardada. Existe un gran numero de variaciones de esta teoria, con fallos en la comunicacion de los dos hemisferios del cerebro y una sinapsis neuronal anormalmente rapida como explicaciones de la sensacion. Tal vez la teoria neuronal mayormente aceptada es la teoria de retraso en el recorrido optico, que explica el déjà vu como el producto de una entrada optica retardada de un ojo.

Investigación pseudocientífica

Parapsicología

El déjà vu se asocia con la precognición, la clarividencia o las percepciones extrasensoriales, y se lo cita frecuentemente como evidencia de aptitudes «psíquicas» en la población en general. Explicaciones no científicas atribuyen la experiencia a la profecía, las visiones (como las recibidas en sueños) o recuerdos de una vida anterior.

Sueños

Sostienen algunos que el déjà vu es la memoria de los sueños. Aunque la mayoria de sueños nunca son recordados, una persona que duerme puede presentar un gran despliegue de actividad en zonas cerebrales relacionadas con el proceso de la memoria de largo plazo. Se ha especulado que los sueños "leen" directamente de la memoria de largo plazo, soslayando la memoria a corto plazo.

En este caso, el déjà vu pudiera ser una memoria de sueños olvidados con elementos comunes a la experiencia que se vive en el estado de vigilia. El deja vu, se da en los sueños muchas veces porque nuestro cerebro nos está informando de algo que piensa, pero no lo piensa conscientemente y simplemente nos advierte.

Tambien están generados los dejá vu por ideas que provienen del instinto (por ejemplo, en sueños durante la adolescencia hacemos el amor, lo cual a su vez es un aprendizaje para cuando llegue la ocasión). Cuando esa situación se presenta, porque las situaciones se suceden nuevamente en la vida muchas veces, estamos preparados porque están almacenadas en el recuerdo, aunque nunca hayan sucedido y sean solo una ideación subconsciente.

Reencarnación

Los creyentes en la reencarnación teorizan que el déjà vu es causado por fragmentos de vidas pasadas que afloran a la superficie debido a situaciones o personas familiares. Otros teorizan que el fenómeno es causado por la proyección astral o experiencias extracorporales, siendo posible que los individuos visiten lugares en sus cuerpos astrales durante el sueño.

Fenómenos relacionados

Jamais vu

Jamais vu (‘nunca visto’): es no recordar explícitamente haber visto algo antes. La persona sabe que ha ocurrido antes, pero la experiencia le resulta extraña.

Presque vu

Presque vu (‘casi visto’): es casi recordar algo, pero sin llegar a hacerlo. Éste es el sentimiento de tenerlo «en la punta de la lengua».

Es mencionado habitualmente por personas que sufren de epilepsia u otras enfermedades relacionadas con ataques cerebrales.

L'esprit de l'escalier

Artículo principal: L'esprit de l'escalier

Referencias en la cultura popular

En la película Matrix el déjà vu es un fallo perceptible en el sistema que sucede cuando alguien realiza reconfiguraciones y ajustes en Matrix.

En la película Déjà Vu (2006), protagonizada por Denzel Washington, el fenómeno se explica como advertencias enviadas desde el pasado o pistas para el futuro.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Guerra de nervios: soviéticos en el Caribe

Tanto Moscú como Caracas han tratado de minimizar el asunto al máximo. Sin embargo, cuando ambos gobiernos anunciaron esta semana su intención de realizar ejercicios militares conjuntos en las aguas del Caribe a finales de este año, el escalofrío -con sus inevitables referencias a Cuba y los años de alta tensión con la ex Unión Soviética- fueron inevitables. CNN, por ejemplo, presentó la noticia con gran despliegue y acompañada con imágenes del presidente John F. Kennedy y el bloqueo naval que hizo Estados Unidos a buques soviéticos que se aproximaban a La Habana en octubre de 1962.

Aunque la comparación es exagerada, el hecho no esconde lo delicadas que están por estos días las relaciones entre Washington y el Kremlin. Se trata del despliegue militar más grande de Rusia en el Hemisferio Occidental en más de 40 años. Según Moscú y Caracas, entre el 10 y el 14 de noviembre cuatro buques de la armada rusa -incluidos el crucero lanzamisiles Pedro el Grande, el buque antisubmarino Almirante Chebanenko y un buque cisterna- atracarán en puertos venezolanos para reabastecerse de combustibles y realizar ejercicios de entrenamiento.


Hay planes, además, para que bombarderos rusos de largo alcance aterricen en aeropuertos venezolanos. En total, unos mil militares rusos harán parte de la operación. Caracas, por su parte, participaría con algunas fragatas, escuadrones patrulleros y de transporte, así como unidades aeronavales y submarinas.

Los objetivos de ambos países son diferentes, pero se retroalimentan. Moscú tiene pelea cazada con Estados Unidos por lo que considera la intromisión estadounidense en su patio trasero desde la disolución de la Unión Soviética. Por un lado, están sus planes de instalar bases antimisiles en Polonia y República Checa. Y por el otro, el reconocimiento y alianza con ex repúblicas de la URSS como Georgia y Ucrania, y la expansión de la OTAN a naciones como Bulgaria o Rumania.

Rusia, incómoda

Al estrechar su alianza militar con Venezuela, los rusos le recuerdan a Estados Unidos que ellos, también, poseen capacidad para manosear sus áreas de control geoestratégico. De acuerdo con el Consejo para las Relaciones Internacionales, es una retaliación por el reciente envió de buques de guerra a las costas de Georgia tras la invasión rusa a este país hace un mes.


"Rusia -dice Michel Shifter, del Diálogo Interamericano- está muy incómoda por la creciente presencia de EE.UU. en el mar Negro. El nacionalismo ruso, que ha despertado, quiere flexionar los músculos y mostrarle a Washington que poseen capacidad para realizar alianzas en su patio trasero".

A Chávez, la renovada tensión entre las dos potencias le cae como anillo al dedo. De acuerdo con Ann Gilmour, de Jane's Inteligence Review, la aspiración del presidente venezolano es neutralizar la influencia de EE.UU. en la región. Y ve una amenaza en la reactivación de la Cuarta Flota de la Armada estadounidense, que llevaba anclada más de tres décadas, pero comenzó a patrullar nuevamente las aguas del Caribe este verano.

"Al permitir que los buques rusos atraquen en puertos venezolanos, Chávez envía el mensaje de que EE.UU. no es la única potencia que está activa en la región", dice la analista de Jane's. Además, para el presidente venezolano se trata de balancear lo que considera una militarización de Colombia, que ha recibido más de 5.000 millones de dólares en recursos estadounidenses desde 2000, cuando arrancó el Plan Colombia.

Para despejar temores, Moscú y Caracas dijeron el lunes 8 de septiembre que los ejercicios se habían discutido durante la visita que hizo Chávez a Rusia a finales de julio y se habían concretado entre el 7 y 8 de agosto, antes de que estallara el conflicto con Georgia.

"Son las voces de los pitiyanquis: que si se van a instalar unas bases secretas en Venezuela, que van a poner bombas atómicas; que si vienen unos submarinos nucleares y se van a parar ahí, en la isla de La Orchila, y van a estar apuntando a no sé quién. Ellos comienzan a inventar cualquier cantidad de cosas. No, nosotros todo lo hacemos transparente", dijo Chávez en su programa Aló Presidente.

Aunque la fecha es sospechosa -pues este conflicto del Cáucaso estalló formalmente el 9 de ese mes- lo cierto es que la alianza de Caracas con el Kremlin no es nueva ni promete desaparecer. Entre 2005 y 2006, el presidente Chávez le compró a Rusia más de 4.000 millones de dólares en armamento. Desde fusiles Kalishnikov hasta aviones de guerra, helicópteros de asalto, submarinos y fragatas. Una cifra que, de entrada, lo convierte en el principal cliente del Kremlin en América Latina. En julio, durante su último viaje, Chávez se habría comprometido a adquirir otros 5.000 millones de dólares en armamento durante la próxima década.


Pese a que el Departamento de Estado, en un polémico comentario, se mofó de los rusos indicando que con la maniobra solo querían comprobar si sus barcos tenían el alcance suficiente para llegar hasta las aguas del Atlántico, en el Congreso y la comunidad de inteligencia de EE.UU. el tema preocupa.

Elina Ross-Lehtinen, congresista de Florida, ha dicho que ambos países han regresado formalmente a la Guerra Fría y que su país debe responder adecuadamente. Es probable que el problema escale en los próximos meses dada la agitada coyuntura electoral en EE.UU. y la competencia entre John McCain y Barack Obama para mostrarse como el mejor calificado para actuar como comandante en jefe.

Los ejercicios militares entre ambos países se realizarán una semana después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, previstas para el 4 de noviembre. Cualquiera sean las intenciones, es evidente que las tranquilas aguas del Caribe se están calentando en el contexto del renacimiento ruso y el celo de Washington por preservar intacta su zona de influencia. Un juego que no deja de ser peligroso.


Revista Cambio

lunes, 8 de septiembre de 2008

"Las comparaciones son odiosas..."

Bueno, sí, los sueños, sueños son. Alguna vez, por ejemplo, Paul McCartney irrumpió en el ámbito de los míos, para llevar a cabo una visita relámpago a un pueblo cercano. Recuerdo haberlo visto enfundado en un abrigo negro, en compañía de otros cuatro o cinco individuos, también trajeados de negro, que parecían ser miembros de algo así como una comitiva.

Tras una exhaustiva ronda por calles medio polvorientas, el grupo departió bajo una carpa pública en la cual se servían platos locales y carnes a la brasa. Una multitud se agolpó para observarlos en el acto de comer. Al cabo del almuerzo, los forasteros asumieron a pie la vía principal y desaparecieron en la distancia, por entre unas montañas rocosas en las que abundaba un parque automotor conformado por camionetas del tipo 4 x 4. En verdad, aquel sueño parecía más bien un comercial de Toyota o un videoclip.


El sueño de esta vez se trasladó a una taberna bávara de Medellín, donde varios contertulios deliberaban alrededor de un tema singularmente ocioso y extravagante: las irreconciliables diferencias históricas, culturales, sociales y políticas que puedan existir entre Antioquia y Suiza.

"Eso es como comparar el carácter rústico de una cuchara de palo con la posibilidad relativa de que Barak Obama gane la Casa Blanca", dijo con sorna uno que parecía ser estudiante universitario. "¡Nada que ver!", remarcó el comensal.

Otro de los asistentes pretendió ser aún más punzante y más certero en cuanto a la ninguna afinidad que puedan tener dos cosas: "Yo diría que es como tratar de buscarle el denominador común al ataque de tos de un anciano en Malasia y al impredecible futuro de las acciones del petróleo en la Bolsa de Frankfurt. En verdad, no hay ninguna correlación. Lo mismo ocurre entre sí con Antioquia y Suiza".

De modo contrario y con manifiesta mordacidad, otro de los presentes observó que, aunque mínimas, sí existían similitudes. A manera de ejemplo, citó cómo en el nombre de Antioquia hay la "i", la "u" y la "a", vocales todas presentes en la denominación de Suiza. Tamaña apología dejó medio aburrido al auditorio, que esperaba, si no un gracejo de mayor vuelo, al menos nada de tan escaso calibre.

Cada vez más insólitas, propuestas de corte similar siguieron a las anteriores, hasta cuando los por lo menos ochenta asistentes al lugar entraron todos en la sintonía del tema, que se había iniciado a partir de la presencia de Kurt, un joven ingeniero suizo de paso por Medellín y de novia antioqueña conocida en Zurich.

Desde un rincón del establecimiento se alzó una voz para proponer la exaltación de ciertos contrastes entre las dos regiones. "Aquí, por ejemplo, la gente acostumbra a tomar chocolate al desayuno, acompañado de arepas", afirmó el proponente, antes de preguntar: "¿Cómo es la tradición del chocolate allá en Suiza?". A lo cual el joven helvético explicó que la mayor acogida y comercialización de este producto en su país la tienen las presentaciones en dulcería y confitería. "En particular", relató Kurt, "hay un bocado exquisito, conocido como Zimtschokolade torte (torta de canela y chocolate)".
Escudo de Suiza
-------------------Escudo de Antioquia
"En cambio, a mi modo de ver, hay un elemento bien común", ironizó a su vez un cliente que parecía ser bastante perspicaz. "Miren las formas de los escudos de Antioquia y de Suiza", arguyó, mientras se dirigía hacia un costado de la barra donde estaban ambos íconos, uno encima del otro. "¿No son idénticas?", insistió. "¡Ah, bueno, algo tenemos igual! Por lo menos el molde de los escudos es el mismo".

Irritada con tema tan baladí, una joven trató de atenuar las deventajas históricas y circunstanciales de la tierra de las arepas frente al imperio de la precisión relojera, para lo cual recurrió a la información de internet en su Black-Berry. Gracias a ello, pudo demostrar cómo el área de la primera es por lo menos mayor que el segundo: 63.612 kilómetros cuadrados contra 41.258 de la confederación helvética, lo cual, en verdad, no alcanzó ninguna relevancia en la confrontación de ideas.

Poco después, un señor entrado en años, que espontáneamente asumió el rol de moderador y que pretendió reorientar el debate, puso de presente que mientras Antioquia ha sido escenario histórico de la violencia desde sus más diversos orígenes hasta sus más sofisticadas expresiones, ha correspondido precisamente a Suiza, país emblemático en asuntos de neutralidad, jugar un destacado papel de mediador y facilitador en el largo conflicto colombiano.

"¡Así es! Y no confundamos, porque mucho va de lo montañero a lo alpino", esgrimió una de las asistentes, cuyo estilo denotaba cierta alcurnia, pero también cierta apatía hacia lo vernáculo de la entraña paisa. "Aquí la gente apenas come cuajada, que es un quesito todo lambido, escuálido y carente de gracia. Para colmo, lo envuelven en hojas de plátano. Allá, en cambio, se llevan a la mesa, muy bien ornada, quesos como el Appenzel, el Bagnes, el Bellelay o Tête de Moine, el Gruyère o el Vacherin, que ofrecen una calidad gurmet incomparable". Dicho esto, se oyeron voces en contrario y una que otra procacidad, que calentaron el ambiente.

"¡Las cosas de la historia!", terció la voz solidaria de una matrona que destacaba también por su porte y por su rostro enrojecido al sentir la necesidad de intervenir en la controversia. "Uno dice Guillermo Tell, y de inmediato lo asocia al episodio de la manzana partida por su ballesta sobre la cabeza de su pequeño hijo y a Suiza. Ese fue un héroe legendario, famoso por su valentía y por su puntería. Al mismo tiempo, uno cita el nombre de Pablo Escobar, y por reflejo piensa en esa Colombia socialmente loba, pero sobre todo violenta y a la vez horrorizada y destrozada por el narcoterrorismo. Eso es muy triste, muchachos, que el hombre que más daño le hizo a este país siga siendo como una especie de ícono nacional para la Historia y ante el mundo".

No terminaba la expositora su intervención, cuando una profusión de chispas acompañadas de un tableteo ronco decretó un silencio terminal en el recinto. "¡Las comparaciones son odiosas! Bueno, si no lo sabían, ¡ya lo saben, cabrones!", observó con desdén un hombre rollizo que encabezaba un grupo de cinco que impertérritos salieron caminando hacia la calle por encima de una montonera de cabezas desgonzadas, de miradas sin horizonte, de brazos, manos, troncos y piernas reducidas de facto a la inercia de los maniquíes. Con mínimos vestigios de plomo habían quedado las cinco ametralladoras que acallaron un tema de debate que nunca debió haberse planteado tan lejos de Suiza...