martes, 28 de diciembre de 2010

Las 13 ciudades más sexies


MÉXICO, D. F., diciembre 3 (El Nuevo Día / GDA, El Universal).- ¿Qué hace a una ciudad sexy? Tienes que ser una cualidad que trascienda la belleza física de sus habitantes. Hablamos de estos lugares especiales que te hacen sentir vivo (a), en la que tan pronto aterrizas te dan ganas de quitarte la ropa. Literalmente. Esta sensación de liviandad dirige entonces al romance. Son las llamadas ciudades sexy que detallamos a continuación. Una lista fundamentada en los escritos viajeros de varias comunidades online.

París, por ejemplo, y sobre todo en primavera, es buena para dar vida a romances que podrían durar, quién sabe, hasta que duren los paseos por la Ciudad Luz. En Sydney, basta ver los cuerpos robustos y esbeltos de los que se pasean por la playa para identificarla como ciudad de extrema sensualidad. Estambul, posee lo que ninguna otra ciudad: los encantos de dos continentes.

En fin, conoce a continuación las ciudades que podríamos catalogar sexy. A lo mejor estás de acuerdo. Si no las has visitado, aquí tienes una gran excusa para hacerlo.


 1. Beirut

"A donde quiera que te pares en Beirut sientes la magia", comenta Stefan Simkovics, un hotelero de la ciudad. "Es una de las ciudades más sexy del mundo, por hermosa, vanidosa, compleja y emocionante".

Si pasas frente a sus innumerables cafés, desde donde se desprende el aroma de esta bebida, verás cómo los locales disfrutan de la conversación, el acto de comer, bailar, preferiblemente todo a la vez.

Además ese toque místico que le brinda la fusión de religiones, cristiana y musulmana, lo árabe mezclado con lo europeo, la convierte en un lugar sublime, adorable.

2. Sydney

Camina una mañana en torno al puerto y verás la ciudad de mayores atractivos naturales del mundo. Los que por allí pululan son verdaderos "monumentos" humanos vestidos de surfers, navegantes, ciclistas y body-builders, todos intercalados en una humanidad básicamente saludable.

Hace algún tiempo Sydney adquirió la fama de ser el lugar favorito donde los británicos se escapaban de sus parejas, y donde se paseaban los australianos incultos. Hoy esto ha cambiado, con el desarrollo arquitectónico de la ciudad, la proliferación de sus espacios comerciales, restaurantes, pubs, hoteles espectaculares, sobre todo los del vecindario conocido como Woolloomooloo Bay. Es hoy una ciudad famosa por sus restaurantes de mariscos como el Guillaume at Bennelong.



3. Cartagena

Es la cuna del famoso novelista Gabriel García Márquez. En ella se inspiró cuando escribió "es una ciudad detenida en el tiempo, donde nada ha ocurrido en cuatro siglos de historia", en su obra El amor en los tiempos del cólera.

Se habla de que se ven fantasmas en los conventos y los fuertes, que fueron bastiones militares en el siglo dieciséis y que hoy son hoteles y/o boutiques de primer orden. Su atmósfera melancólica, el misterio de sus calles, seduce al visitante. En el bar Donde Fidel, entre la Plaza de los Coches y La Aduana, las chicas se contonean como Shakira, la famosa cantante.

4. Estambul

Ha sido la Capital Europea de la Cultura este 2010. Y está en la lista caliente de las más excitantes urbes sobre el planeta. Ciertamente la ciudad provoca todos los sentidos, en el Gran Bazaar como en los recovecos de la parte vieja de la ciudad donde venden hermosas alfombras, baklava y especies aromáticas.

Sus mezquitas figuran entre las más hermosas del mundo musulmán. El Topkapi Palace, la Mezquita Azul y la Hagia Sophia, son joyas de la arquitectura de impresionante belleza. Es donde se funde el continente europeo con el asiático, lo que te da una idea de las fusiones, los moods y artículos que aquí puedes encontrar.

5. Río de Janeiro

Un ejército de bikinis es lo que se ve en su playa Ipanema, alargada y limpia de edificios y palmeras. La samba se escucha por doquier aquí. Es una ciudad con la que no se puede competir en cuanto a sensualidad. Desde sus edificios, hasta sus habitantes cariocas, todos rinden culto a la sensualidad.

Los atardeceres aquí también son espectaculares, sobre todo si enfocas en los rayos que bajan por el Pan de Azúcar y el Cristo Redentor.

Por la orilla de la playa circulan los cuerpos en tanga. Es una de las playas más calientes del mundo. Allí no puedes ir en bañador si no está a la moda. Es que el exhibicionismo es uno de los atractivos para ver en este lugar, sorbiendo una Caipirinha, un coctel a base de ron, lima y azúcar.

6. Marruecos

Marrakech es en parte una ciudad moderna que retiene una encantadora mística medieval. Si llegas al atardecer, cuando la luz va desapareciendo sobre las rampas y callejones de la ciudad vieja, te aseguro que caerás rendido (a).
Comienza en la plaza Djemmaa-el-Fna re, donde se reúnen los encantadores de serpientes, narradores, los come fuegos y bailarinas exóticas. Luego tomate una menta y ve a cenar en un restaurante sobre el techo de algún edificio.

Es una ciudad que seduce al más sofisticado. Pocos se resisten a deslizarse por las aceras de la Medina y admirar las lámparas, alfombras y divanes que se exhiben en sus mercados.

7. San Petersburgo

A pesar de que esta ciudad se reviste de un aura moderna, la más moderna de Rusia, todavía no ha sucumbido a los desmanes del consumismo. Es seductora La Dama Helada de Rusia con las tardes nevadas y las noches blancas que enamoraron en la famosa la cinta Dr Zhivago.

8. París

¡Ah, París! Es la ciudad sexy por excelencia, con sus cafés, bistros acogedores, arcos y elegantes jardines.

Ve con tu pareja a Place des Vosges, la plaza perfecta para el amor, o la Promenade Plantée, un jardín elevado cerca del distrito de La Bastilla.

Explora el Canal St. Martin, y los sectores más intelectuales que te brindan una atmósfera seductora y bohemia. Lleva a tu pareja a Le Marais, repleto de pequeñas galerías de arte, boutiques y los mejores bares de la ciudad. Disfruta una exquisita cena en el restaurante de Alain Ducasse, en la glamurosa plaza Athenée.
9. West Hollywood

Conocida como el "WeHo" es la ciudad más cool de California. Asentada al pie de las colinas de Hollywood, a este sector lo baña un aura acuática, muy parecida a la pintura de David Hockney. Es una ciudad que parece estar en un verano perpetuo.

Es aquí donde están los lugarse de moda, donde los mortales encuentran el espacio para festejar y actuar con normalidad. Los búhos y las aves nocturnas prefieren esta parte de la ciudad a Beverly Hills.

La Sunset Tower, un hotel que emula el estilo art deco es una pieza de conversación por haber sido uno de los lugares donde se hospedó alguna vez Marylyn Monroe, una de las actrices más sexy de la cinematografía mundial.
10. Barcelona

Esta ciudad tienen el talento de reinventarse y esto la hace muy atractiva. Mediterránea al fin, aquí el que llega disfruta la tranquilidad que se funde con el bullicio y la alegría de vivir.

La brisa marina inunda los paseos, los pasillo y ramblas repletas de bares de tapas, todo al fresco. La proliferación de hoteles y bares para todas las edades, incluido el nuevo Hotel W que es una belleza.

Es una ciudad cinematográfica, en la que Woody Allen y Almodóvar han paseado sus talentos. Mimos, drag queens, carteristas y turistas de todas partes del mundo inundan la ciudad de atractivos adicionales.
11. Shanghai

La seducción de Shanghai radica en el choque de lo nuevo con lo antiguo. En algunos bolsillos de la gran ciudad todavía se ven signos de la China venerable con sus adornos y faroles de papel, hasta espacios donde se toma el té, se integran lagos y jardines con pagodas. Simplemente hermosa.

Los jardines Yuyuan es un buen lugar para la relajación, y el antiguo Distrito Francés, de avenidas anchas y villas elegantes evocan al París chic. De hecho, a los residentes de Shangai se les considera los neoyorquinos de China, por su sentido fashionista y trendy.

Además su distrito nuevo, con sus rascacielos y vida nocturna recuerdan también a Manhattan. Es de atmósfera un tanto anárquica, lo que atrae sobre todo a los más jóvenes.

12. Las Vegas

Es una ciudad abundante en imágenes, parece un caleidoscopio. Encuentras la copia de una Torre Eiffel, y a una góndola veneciana, luego a una pirámida egipcia... En fin, tómate una Margarita y sigue camino para el desierto.

Nadie puede con tanto encanto. Muchos visitantes salen en bancarrota, luego de haber jugado en sus casinos, o haberse casado en una ceremonia oficiada por un falso Elvis Presley.

Con las explosiones de neón por doquier, ha ganado el calificativo de alucinante, esta ciudad provocadora, que para colmo llaman La Ciudad del Pecado.

13. Venecia

Es la ciudad a donde todos hemos ido, al menos en la imaginación. Su casco urbano, antiguo y encantador, evoca el lirismo. Federico Nietzsche dijo que Venecia es la versión citadina de una sinfonía.

La sensualidad aquí se traduce en nostalgia, melancolía, con sus canales por donde se pasea en góndolas el romance. Es que esta ciudad inspira tantos estados de ánimos, gracias a la iluminación caprichosa que se cuela por los bellos vitrales de sus instalaciones.

Es fantástica la ciudad que evoca los cuentos de la familia imperial de los Romanov, y donde se come caviar, almejas y vodka helada en bares muy chic del sector conocido como Nevksy Prospekt.

Aquí se congregan las súpermodelos del momento, los diseñadores y dueños de firmas famosas. A lo mejor los más fetichistas pueden llegar hasta el Museo Erótica sólo para ver.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Monalisa: ¿Otra clave?

LONDRES, 13 de diciembre de 2010. (EFE). La Mona Lisa de Leonardo da Vinci guarda en su pupila izquierda la clave de la identidad de la modelo en la que él pintor se inspiró, según sostiene un investigador italiano, Silvano Vinceti, cuyas teorías recoge hoy el periódico "The Guardian".
De acuerdo con Vinceti, que es presidente de la comisión nacional de patrimonio cultural en su país, el genio renacentista, amante de los códigos, pintó una serie de letras diminutas en las dos pupilas de La Gioconda.

"Invisibles al ojo humano y pintadas en negro sobre verde-marrón, están las letras LV en su pupila derecha, obviamente las iniciales de Leonardo, pero lo más interesante está en su pupila izquierda", afirma el investigador, en declaraciones recogidas por el diario.

Vinceti mantiene que en ese ojo se disciernen las letras "B" o "S" o posiblemente las iniciales "CE", lo que considera claves de vital importancia para averiguar la identidad de la modelo.

Ésta ha sido identificada a menudo como Lisa Gherardini, la esposa de un mercader florentino, pero el investigador italiano no está de acuerdo, ya que mantiene que La Mona Lisa fue pintada en Milán.

"Detrás del cuadro aparecen los números '149', con un cuarto número medio borrado, lo que sugiere que (Da Vinci) lo pintó cuando estaba en Milán en la década de 1490, usando como modelo una mujer de la corte de Ludovico Sforza, el duque de Milán", declara al "Guardian".

"A Leonardo le gustaba utilizar símbolos y códigos para transmitir mensajes, y quería que supiéramos la identidad de la modelo a través de sus ojos, los cuales consideraba el espejo del alma y un medio de comunicación", prosigue el italiano, quien al parecer prevé detallar sus conclusiones el próximo mes.

El misterio de La Mona Lisa ya ha sido objeto de teorías también en la ficción, como en el caso de la novela "El código da Vinci", en la que el autor, Dan Brown, sugiere que el nombre es un anagrama para Amon l'Isa, en alusión a antiguas deidades egipcias.

EFE

sábado, 11 de diciembre de 2010

El misterio de la casa de la Costanera

Hace más de un siglo que corta las aguas de la Costanera Norte. ¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿Por qué está ahí? lanacion.com desafió las aguas para conocer el enigma. 

Por Silvana Santiago
De la Redacción de lanacion.com
ssantiago@lanacion.com.ar
@ssil
La pregunta infantil apunta hacia las aguas de la Costanera Norte porteña. Hacia esa silueta fantasmagórica que se recorta en la superficie marrón y que aparece, misteriosa, como una rara casa abandonada con una gran puerta principal pero sin ninguna ventana.

Si se trata del sombrero de un gigante sumergido, como imaginaron unos; del baño de los ocasionales nadadores del río, como arriesgaron otros, o del hogar de un secreto ermitaño, como apostaron algunos pescadores, nada se puede adivinar desde la costa. ¿Qué es?, ¿para qué sirve? Y, ¿por qué está ahí?

Cuentan que la idea de construirla empezó tras un gran pánico, similar al que provocó la gripe A, pero hace más de 140 años, cuando las amenazas en Buenos Aires eran el cólera y la peste amarilla.

Por esa época el riesgo de tomar agua contaminada o de estar próximo a acumulaciones de agua estancada en la ciudad, era mayor. Esto favoreció la propagación de dos epidemias que dejaron tras su paso 14.000 víctimas fatales, según registros parciales, de entre las 190.000 almas que poblaban la ciudad en aquel entonces.

Cuando todavía no se habían esfumado los peores recuerdos de las pestes, se resolvió levantar lo que hoy se ve a lo lejos como una casa enigmática. Fue parte de un proyecto que en 1874 buscaba proveer de agua potable para 400.000 porteños.

Básicamente, lo que hacía era tomar agua del río para enviársela a la planta de potabilización que en ese momento se encontraba en lo que hoy es el Museo de Bellas Artes. Tuvo una vida efímera, dada la expansión geométrica de la población en Buenos Aires de esos tiempos, por lo que fue dada de baja apenas cuatro décadas después de su inauguración.

Estaba ubicada a 800 metros de la costa con una estructura que combinaba el cemento armado y los bloques de granito. Por fuera, mostraba cuatro caras de lo que los expertos llaman una "sobria arquitectura neoclásica", algo que la Ilustración y el Progreso habían impuesto por esos años, y que significaba la vuelta a las formas simples de la Antigua Grecia y Roma. Estaba coronada con una torre de metal que en el momento en que fue creada sostenía en la parte superior una baliza de gas, porque en Buenos Aires todavía no había iluminación eléctrica. Los mismos parámetros estéticos dominantes hacían impensable que una obra de esa importancia no rematara en una obvia veleta de hierro.

En el interior, un revoque austero cubría las paredes que se prolongaban bajo el nivel del agua en rejas que habilitaban la entrada del agua. Detrás de la puerta que hoy permanece cerrada, una pequeña pasarela recorría todo el perímetro de la casa, bordeada de una simple baranda metálica. Desde allí partía una escalera marinera para acceder a la baliza. En el centro del ambiente, un cilindro de 3 metros de diámetro, ubicado por sobre 2,60 metros del nivel máximo de crecidas y 10 metros por debajo del lecho del río, canalizaba las aguas para su potabilización en la Planta Recoleta.

Como todo lo que se compraba o ideaba en esa época se recurrió a Europa para la proyección del diseño. El elegido fue un ingeniero hidráulico inglés, John Bateman, quien envió al sueco Carl Nystromer a estas tierras para la puesta en marcha de su idea.

Él resolvió que se ampliara la planta potabilizadora y que se construyera el palacio, todavía en pie en la avenida Córdoba y Riobamba, para contener en su interior un tanque en el que se almacenara todo el líquido a distribuir entre los habitantes de la ciudad.

A más de un siglo de su construcción, las cuatro caras recubiertas de ladrillo vista están tan oscuras como el agua del río. El avance de la ciudad hizo que esté a pocos metros de la costa, mientras que con la llegada de la electricidad y de las nuevas tecnologías, la veleta y la baliza fueron reemplazadas por sustitutos de menor estilo arquitectónico.

Por eso hoy la toma de agua no le ofrecerá información meteorológica para el observador ocasional que, munido de un catalejo como en el siglo XIX, apunte hacia la torre para saber si la veleta indica la probabilidad de una tormenta. Sí, en cambio, informará sobre otras cosas. Algo que se parece a una óptica de automóvil (una moderna baliza) ilumina la zona en donde se alza la construcción, mientras que otra señal, llamada balón negro en las nuevas reglamentaciones náuticas, indica que en ese lugar hay un objeto que no se desplaza en el agua.

Pocos registros quedaron de los años en que funcionó. En los archivos de AySA (heredados de la ex Obras Sanitarias) sólo se conservan las copias de los planos originales y el Archivo General de la Nación no almacenó imágenes de la torre en su tiempo de operaciones. ¿Cómo se veían la baliza de gas y la veleta de hierro perdidas? Otro misterio para el enigma de la casa en el río.

Asesinatos, suicidios y misterio

Entre las distintas historias vinculadas a esta torre de agua está la que asegura que su creador se suicidó luego de que hallara una falla en el sistema. "Las leyendas urbanas tienen que ver con la fuerte presencia que tienen [estos edificios] en la ciudad. Las leyendas vienen bien. No es que uno las destierre porque son de difícil comprobación o porque son «fantasías». Al contrario, enriquecen la presencia como patrimonio del edificio", sostiene Jorge Tartarini, director del Museo del Agua y de la Historia Sanitaria de AySA.

El arquitecto dice haber escuchado, además de la historia del suicidio, otras leyendas urbanas como las que aseguran que el Palacio de Aguas Corrientes era un edificio que en realidad iba para la India y que de casualidad se armó acá; que las piezas exteriores habían sido traídas de España; que una pareja de enamorados que los padres no los dejaban casar se tiraron hacia los tanques de hierro que alberga el Palacio para ahogarse; o que el edificio en realidad, iba a ser la sede de la Casa de Gobierno.

"Con respecto a que el autor se pegó un tiro creo que está vinculado a esto que te voy a contar. Cuando se iba a inaugurar el edificio se hace una prueba de llenado de los tanques con agua. Imaginate 72 millones de litros no era sencillo de hacer esa prueba. Se escuchan grandes explosiones en la ciudad. La prensa, que era opositora al gobierno en ese momento, escribe que esto se iba a resquebrajar y que se iba a inundar la ciudad y que iba a haber miles de ahogados en todo el barrio, que era muy elegante ya en aquel momento. Ahí empezaron a desatarse cualquier tipo de fábulas y en realidad lo que había sucedido era que en la base de estas columnas de hierro se habían colocado unas placas de plomo que se habían rajado. Las cambiaron y a otra cosa", contó Tartarini.
 
Historias no tan distintas se desprenden del misterioso pasado de la edificación vecina al Salto del Tequendama al sur de Bogotá, y en torno de la cual hay enlaces de internet abajo las fotos que siguen:
 


 

Enlaces de Internet: