sábado, 6 de marzo de 2010

Chile, ocho dìas después...

CONSTITUCION/DICHATO, Chile, 6 de marzo de 2010. (Reuters) - Una semana después del terremoto y los tsunamis que demolieron partes de Chile, miles de sobrevivientes continuaban el sábado esperando ayuda y adaptándose a vivir en tiendas de campaña.

El sismo de magnitud 8,8 y los tsunamis siguientes, el peor desastre natural en azotar Chile en medio siglo, dejaron por lo menos 452 muertos identificados. La cantidad de desaparecidos, sin embargo, es todavía imprecisa.

Ciudades y pueblos enteros del centro y sur del país fueron destrozados por el temblor y lo que quedó en pie barrido luego por gigantescas olas que la Armada falló en pronosticar.
Sus habitantes aún viven aterrorizados por la posibilidad de que las fuertes réplicas que sacuden a las áreas afectadas puedan disparar más tsunamis. Muchos se niegan a bajar de los cerros donde se refugiaron.

Cientos de miles de personas lo perdieron todo en pueblos como Dichato, una pintoresca aldea de pescadores 470 kilómetros al sur de Santiago donde los sobrevivientes amanecieron el sábado en tiendas de campaña.

"Esto ha sido un terremoto de desorganización de parte de las autoridades. Esto muestra la mala organización y gestión del Gobierno", dijo Fernando Valenzuela, de 44 años, que vive con su esposa en un campamento improvisado.

Dichato parece bombardeado. Una semana después del tsunami, sigue sin haber agua ni electricidad.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, aterrizó el sábado a 30 kilómetros de allí, en la golpeada ciudad de Concepción, para supervisar los daños en la zona.

"Reportaré a la Asamblea General de Naciones Unidas y discutiré con la comunidad internacional cuál es la mejor forma de que la ONU ayude, cómo podemos movilizar mejor la asistencia humanitaria", dijo a periodistas al explicar el objetivo de su visita a la zona.

Sobreviendo a punta de salmón

Mientras tanto en Caleta Tumbes, otro pueblo de pescadores en el área del desastre, a falta de ayuda la gente sobrevivía comiendo salmón de exportación que llegó a la orilla arrastrado por la marea.

"Además de salmón, encontramos aceite, algo de café (...) Estaban flotando en el mar, cerca de los contenedores que se rompieron", dijo Arnoldo Castillo, un residente de la zona, al diario chileno El Mercurio.

Chile, una de las economías más sólidas de América Latina, dice tener suficientes recursos para enfrentar la emergencia.

"No hay un problema de reservas, no hay un problema de disponibilidad. El desafío es puramente logístico", dijo el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, tras llegar el sábado a Concepción, a unos 550 kilómetros al sur de Santiago.

Pero, quienes recibieron ayuda en esta ciudad de 690.000 habitantes, la segunda de Chile, dicen que no es suficiente.

"Lo único que hemos recibido es una bolsa que entregaron por casa y en mi casa somos 16 personas", dijo Ney José López, un ejecutivo de ventas de 41 años.

El Gobierno chileno sigue tratado de hacerse una idea de los destrozos, que especialistas calcularon inicialmente en 30.000 millones de dólares.

Unas 2 millones de personas resultaron damnificadas por el sismo y los tsunamis, que destruyeron además medio millón de viviendas.

La presidenta Michelle Bachelet, que termina su mandato la próxima semana, dijo que la reconstrucción podría demorar tres o hasta cuatro años.

Demuelen símbolo del desastre

En el centro de Concepción, grúas se prepararon para tirar abajo el sábado un edificio de 15 pisos que el temblor derribó como si fuera de juguete.

La imagen del edificio tumbado horizontalmente sobre la calle se convirtió en símbolo del terremoto. Los residentes lo bautizaron "Zona Cero".

Pero, Concepción seguía esforzándose el sábado por volver a la normalidad.

La calma forzada por un toque de queda para evitar saqueos era quebrada cada pocos minutos por el ensordecedor ruido de aviones y helicópteros que aterrizaban con alimentos, agua y tiendas de campaña para los damnificados.

También Constitución, una ciudad costera arrasada por las olas 350 kilómetros al sur de Santiago, intentaba ponerse otra vez en pie.

"La gente está volviendo a su vida normal. Existe mayor tranquilidad", dijo a Reuters el mayor de la policía local Oscar González.

Para algunos será muy difícil.

El pescador Emilio Gutiérrez, que intentó en vano escapar de los tsunamis con su familia en su bote, enterró a su padre el jueves y sigue buscando a su hijo pequeño.

"Mi hijo de 4 todavía no lo encontramos. Yo creo que se lo tragó el mar", contó.

Gutiérrez y su esposa viven desde entonces bajo una lona en la playa, mirando al mar que, espera, le devuelva un día a su pequeño.

El terremoto, con epicentro 317 kilómetros al suroeste de Santiago, fue el quinto más poderoso de la historia moderna y libero una gigantesca cantidad de energía que modificó el eje de rotación de la Tierra.
Un soldado chileno alimenta a una niña que sobrevivió al terremoto en una plaza pública en la ciudad sureña de Constitución, donde estaban siendo distribuidos alimentos. Marzo 5 de 2010. REUTERS/Ivan Alvarado.

Reporte de Terry Wade en Dichato, de Fabián Cambero en Concepción, Ignacio Badal en Constitución y Alvaro Tapia en Santiago. Editado por Esteban Israel.

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