LONDRES, octubre 17 de 2011. (EFE).- Una nueva biografía sobre Vincent Van Gogh publicada hoy en el Reino Unido sostiene que el artista no se suicidó, sino que murió de un disparo accidental de un adolescente en la localidad francesa de Auvers-sur-Oise en 1890.
Esta es una de las principales revelaciones de "Van Gogh: la vida", escrita por los estadounidenses Steven Naifeh y Gregory White Smith, ganadores del premio Pulitzer en 1990, que investigaron la vida del artista holandés durante más de una década en colaboración con instituciones como el museo Van Gogh de Amsterdam.
Tras estudiar miles de documentos y libros relacionados con el pintor, los autores concluyen que, contra lo que se creía, no se suicidó en Auvers-sur-Oise, sino que fue alcanzado por el disparo de un joven de la localidad, a quien conocía, cuando se lo encontró en un campo de trigo al que solía ir a pintar.
Según el libro, fue René Secrétan, un joven veraneante de 16 años obsesionado con el Lejano Oeste, quien le alcanzó en el pecho de forma accidental cuando, vestido de vaquero, manejaba un arma de calibre 380 estropeada.
De acuerdo con la biografía, el solitario y atormentado Van Gogh, que conocía al chico y a su hermano de beber con ellos de vez en cuando, volvió tambaléandose hacia la posada Ravoux donde se alojaba, en la que murió 30 horas después.
Cuando alguien le preguntó si se había querido suicidar, el artista respondió vagamente: "Creo que sí".
Los autores opinan que lo dijo para defender a René Secrétan y a su hermano Gaston, que también estaba presente ese 27 de julio de 1890.
Argumentan que la versión del suicidio, que forjó su leyenda y disparó su cotización tras su muerte, no casa con la opinión que el pintor tenía del acto, que había tachado de "cobarde" en sus cartas, ni con el tipo de disparo oblicuo en su pecho, pues hubiera sido en línea recta si Van Gogh le hubiera dado al gatillo.
Tampoco se encontró jamás el arma utilizada ni el caballete y los pinceles que supuestamente se había llevado con él al campo para pintar.
Aunque Naifeh y White admiten que "nadie sabe lo que ocurrió" en realidad, proponen su versión, que documentan con pruebas y testimonios.
Así, consideran prueba de que Secrétan disparó por error al artista el hecho de que este, que se convirtió en banquero y experto en tiro, se mostró vago sobre la muerte del pintor en una entrevista que concedió antes de morir a los 85 años.
En esa entrevista, hecha en 1957, dijo que el Van Gogh que conoció era "más un vagabundo" que el vigoroso artista encarnado por el actor Kirk Douglas en la película "Lust of life".
También confesó haberse burlado de él y haberle maltratado en la época y se mostró vago en cuanto a su muerte, al decir que se había enterado al leer sobre ella en un periódico parisino, una noticia que nunca se publicó.
Los autores hallaron también otra supuesta prueba, un texto del escritor Wilfred Arnold en el que narra que el historiador del arte John Rewald le había dicho que había visitado Auvers en los años 30 del siglo XX y había oído el rumor de que Van Gogh había sido disparado accidentalmente por dos jóvenes pero había asumido la culpa para protegerlos.
Naifeh y White sostienen que el pintor holandés, que murió a los 37 años antes de triunfar, estaba "más triste, solo y atormentado psicológicamente" de lo que se cree y seguramente recibió la muerte como una buena salida.
Según los autores, el artista se veía así mismo como una carga para su hermano Teo, quien le mantenía mientras él se dedicaba a pintar en una época en la que aún no vendía.
Otras revelaciones de la biografía son que Van Gogh (1853-1890) padecía un trastorno maníaco depresivo como resultado de un tipo de epilepsia y que su familia intentó internarlo en un sanatorio. EFE
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