Uno de los eventos más trágicos y a la vez llamativos de la historia ocurrió en París el 21 de septiembre de 1910. Trágico, porque junto a sus aguas la inundación se llevó consigo algunos de los tesoros de la historia más valiosos como monumentos y reliquias de incalculable valor.Y llamativo porque nadie pudo haberla previsto.
De hecho, Jean-Paul Phillipon, el arquitecto que construyó el Musée d’Orsay, diría con un gran dolor: “Calculamos que el agua podría subir hasta 33 metros. Nadie podía haber imaginado que lo haría hasta los 33.62 metros”. De esta manera, hospitales, museos, casas y edificios fueron arrasados por el agua.
Los taxis de tierra fueron reemplazados por lanchas que transportaban suministros y gente enferma en una ciudad aterrorizada y convencida de que sería arrastrada por el Sena. Sin embargo, la inundación pasó y las fotografías quedaron como testigos inmutables de un evento histórico.
Más imágenes en Anfrix
Un oso atrapado por la riada.
La estación de Orsay también resultó afectada.
Una casa sepultada por las aguas.
Gente camina sobre tablones.
Estación del Metro en Caumartin.
París, una versión de Venecia.
Los bomberos debieron prodigarse.
La necesidad obligó a improvisar medios de transporte.
La necesidad obligó a improvisar medios de transporte.
De la tercera foto hacia abajo, las imágenes pertenecen al Archivo de la Asamblea Nacional de Francia.
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