La oficina meteorológica china se apresuró a asegurar que las sustancias químicas utilizadas habían incrementado de forma artificial la nevada que ya traía, de por sí, un temporal.
Según la Oficina de Modificación Meteorológica de Pekín (BWMO), se utilizaron 186 dosis de yoduro de plata sobre las nubes que rodeaban la ciudad, de las 20 horas del sábado 31 de octubre a las 7 del domingo.
Según la Oficina de Modificación Meteorológica de Pekín (BWMO), se utilizaron 186 dosis de yoduro de plata sobre las nubes que rodeaban la ciudad, de las 20 horas del sábado 31 de octubre a las 7 del domingo.
Como resultado, cayeron 16 millones de metros cúbicos de nieve. En la madrugada del martes una tormenta dejó una segunda nevada de 10 litros por metro cuadrado. Esta vez no hubo comunicado oficial, pero el periódico China Daily señala que un funcionario de la BWMO, que no quiso identificarse, aseguró que la nevada había sido provocada. Las protestas tras el caos de la primera nevada han podido inducir a las autoridades a ocultar que siguen experimentando con la atmósfera.
Detrás de estas manipulaciones está la voluntad de reducir los efectos de la sequía que castiga China. En Pekín, prácticamente no se había registrado precipitación durante los últimos 100 días, pero la situación es mucho más preocupante en el norte del país, donde el déficit de lluvias se prolonga desde hace una década.
Sin calefacción. La pronta llegada del frío y de la nieve a Pekín, con temperaturas de hasta -3ºC, tomó por sorpresa a las autoridades, que planeaban encender las calefacciones de los edificios el 15 de noviembre, una fecha que no se ha podido adelantar.
Además del frío, la población de Pekín padeció cortes en el suministro eléctrico, atascos de tráfico, la cancelación de rutas de autobuses y retrasos en más de 200 vuelos.
Las críticas han sido abundantes, dentro de lo que permite el régimen. Existe un rechazo a manipular el clima sin tener controlados los resultados. Ye Qian, de la Academia China de Meteorología, respondió que tratan de "modificar, no cambiar el clima", asumiendo que la suerte también cuenta. Las quejas de los pekineses se centraban en la ausencia de alertas y en la poca previsión de las autoridades ante algo que ellos mismos habían provocado.
Las nevadas coinciden con un frente frío que bajó los termómetros del país hasta-14ºC. En Tianjin, a un centenar de kilómetros de Pekín, también cayó la primera nevada del año. Por ello, es difícil asegurar que la nevada en Pekín obedeció a la manipulación, como afirman las autoridades.
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