En barcos, la mayoría de ocasiones atestados, llega gran parte de los inmigrantes africanos a Latinoamérica, luego de pasar al menos un mes en el mar. Los puertos de Argentina y Brasil reciben a buena parte de ellos.
BUENOS AIRES, noviembre 26 de 2009 (Reuters). Conminados por las difìciles condiciones de acceso y permanencia en Europa, los inmigrantes africanos encontraron en Latinoamérica un nuevo atractivo para vivir.
Brasil y Argentina son dos de los países más apetecidos. Conminados por la difíciles condiciones de acceso y permanencia en Europa, encontraron en este continente un nuevo atractivo para vivir.
Algunos se dirigen a México y Guatemala como un escalón para llegar a Canadá o Estados Unidos, otros arriban a los puertos de Argentina y Brasil. La mayoría llega por azar a la región, donde encuentran gobiernos menos drásticos que en Europa.
En Brasil, los africanos ahora son el mayor grupo de refugiados y representan el 65 por ciento de los que solicitan asilo en el país, según datos del brasileño Comité Nacional para los Refugiados (Conare).
Hoy más de 3.000 africanos viven en Argentina, por encima de las pocas decenas que había ocho años atrás. La cantidad de personas que buscan asilo aumentó fuertemente, a cerca de 1.000 por año, y un tercio son africanos.
"Estamos viendo un aumento pronunciado en el número de africanos que llegan al país y buscan asilo", dijo Carolina Podestá, de la agencia de refugiados de Naciones Unidas.
Tendencia creciente
Los números aún son bajos en comparación con las decenas de miles de inmigrantes que van a Europa cada año, pero se espera que aumenten.
"Estamos ante una tendencia que se mantiene y está creciendo", dijo Podestá y explicó que las políticas europeas son más estrictas desde el 11 de septiembre del 2001.
Para muchos, el viaje comienza eludiendo los controles portuarios en África y luego sobreviviendo sólo con agua y galletas por semanas.
"Hemos visto casos en los que llegan escondidos en el timón de un barco. Imagínese lo que es cruzar el Atlántico escondido en un espacio reducido, escondiéndose de la tripulación", dijo Fernando Manzanares, director de la oficina de Inmigración de Argentina.
En estos días, los africanos pueden llegar en barcos de carga o aviones comerciales y después buscar asilo o extensiones de las visas de turista.
En Argentina, pueden obtener visa de trabajo temporales poco tiempo después de llegar y renovarlas cada 90 días.
Algunos africanos que llegaron ilegalmente lograron trabajar como músicos, unos juegan fútbol profesional para clubes locales y la mayoría se gana la vida vendiendo joyas en las calles de Buenos Aires.
Aunque algunos dicen que son víctimas del racismo en Argentina, coinciden en que es menor que la xenofobia y las leyes contra la inmigración que hay en Europa.
Durante la década de 1990, muchos angoleños escaparon de la guerra civil y se establecieron en la ciudad brasileña de Río de Janeiro.
Ahora, un creciente número de inmigrantes de la República Democrática del Congo, que huye de la violencia y la guerra civil, busca asilo en Brasil, el país con la mayor población negra fuera de África.
La adaptación
Escondidos en barcos de carga, y sin saber a dónde los lleva el peligroso viaje, cada vez más inmigrantes africanos llegan a Latinoamérica, mientras en Europa se endurecen los controles fronterizos.
Algunos se dirigen a México y Guatemala como un escalón para llegar a Estados Unidos, otros arriban a los puertos de Argentina y Brasil. La mayoría llega por azar a la región, donde encuentran gobiernos más acogedores que en los países europeos.
“Una noche fui al puerto. Pensaba que iba camino a Europa. Sólo después me di cuenta de que estaba en Argentina”, contó un ex niño soldado que escapó de la guerra civil de Sierra Leona a bordo de un barco de carga en un viaje de 35 días.
En Brasil, los africanos ahora son el mayor grupo de refugiados y representan el 65 por ciento de los que solicitan asilo en el país, según datos del Comité Nacional Brasileño para los Refugiados.
Actualmente, más de 3 mil inmigrantes africanos viven en Argentina, por encima de las pocas decenas que había ocho años antes. La cantidad de personas que buscan asilo aumentó abruptamente, a cerca de mil por año, y un tercio son africanos.
“Estamos viendo un aumento pronunciado en el número de africanos que llegan al país y buscan asilo”, dijo Carolina Podestá, de la agencia de refugiados de Naciones Unidas.
Los números aún son bajos en comparación con las decenas de miles de inmigrantes que van a Europa cada año, pero se prevé que aumenten: “Estamos ante una tendencia que se mantiene y está creciendo todavía…Es una búsqueda de nuevos destinos”, dijo Podestá, quien aludió a que las políticas europeas son más estrictas desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EU.
Millones de europeos arribaron a Sudamérica en el siglo 19 a bordo de barcos, escapando de persecuciones, pobreza y guerras, mientras que los africanos llegaron en barcos de esclavos.
En estos días, los africanos pueden llegar en barcos de carga o en aviones comerciales, y después buscan asilo o extensiones a sus visas de turista. En Argentina pueden obtener visas de trabajo temporales poco tiempo después de llegar, y renovarlas cada tres meses. xxxxxxxxxxxxxxx
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Las políticas migratorias del país son muy favorables… es un reflejo de la historia. Lo que pasó con inmigrantes europeos hace 100 años está ocurriendo ahora con los inmigrantes africanos”, dijo el director de la Oficina de Inmigración de Argentina.
Las políticas migratorias del país son muy favorables… es un reflejo de la historia. Lo que pasó con inmigrantes europeos hace 100 años está ocurriendo ahora con los inmigrantes africanos”, dijo el director de la Oficina de Inmigración de Argentina.
Algunos africanos que llegaron ilegalmente lograron trabajar como músicos, y unos pocos juegan futbol profesional para clubes locales, pero la mayoría se gana la vida vendiendo joyas en las calles de Buenos Aires.
Abdoul Rahman, de religión musulmana, conoció a su esposa argentina cuando le vendió un anillo, hace cinco años. Él envía dinero a su madre y a sus siete hermanos en África.
Rahman se reúne con decenas de africanos para rezar los viernes en una mezquita en Buenos Aires. Aunque algunos se quejan de que son víctimas del racismo en Argentina, coinciden en que es mucho menor que la xenofobia y las leyes contra la inmigración que encuentran en Europa.
Durante la década de 1990, muchos angoleños escaparon de la guerra civil y se establecieron en la ciudad brasileña de Río de Janeiro. Ahora, un creciente número de inmigrantes de la República Democrática del Congo, que huye de la violencia y la guerra civil en su país, busca asilo en Brasil, el país con mayor población negra fuera de África. “El proceso de adaptación es muy positivo.
Para los africanos, tiende a ser más fácil por esta herencia cultural”, indicó Carolina Montenegro, de Conare.
Más y más inmigrantes de Somalia y Etiopía viajan a México y América Central en barcos de carga, para luego dirigirse a Estados Unidos.
El año pasado, más de 600 africanos pasaron por el centro migratorio de la ciudad chiapaneca de Tapachula, tres veces más que en 2007.
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