Foto Andrew Biraj/REUTERS
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Viaje a la peor ciudad del mundo para vivir es el título de una exposición gráfica divulgada por la Unidad de Inteligencia del grupo británico "The Economist" a propósito de un ranking con las mejores ciudades para vivir, y por ende, las peores.
Mientras que Melbourne, Australia, se lleva la palma en cuanto a calidad de vida, en la otra cara de la moneda se encuentran ciudades como Dhaka, capital de Bangladesh. La pobreza, la contaminación, el hacinamiento en sus calles y en medios de transporte, la delincuencia y explotación laboral son apenas algunos de los factores que hacen de esta ciudad la peor del mundo para vivir.
Dhaka cuenta con más de 11 millones de habitantes. Debido a su pobreza, contaminación, grandes atascos, delincuencia, baja alfabetización y escasez de suministros.
Vista general del tráfico ocasionado por los transportadores en Dhaka (Bangladesh), el 30 de julio de 2012. Según la Corporación Dhaka City, 77.000 transportadores tienen licencia para ejercer su oficio en la ciudad superpoblada, mientras que el número de los no registrados se estima en alrededor de medio millón. EPA/ABIR ABDULLAH
Panorámica de la ciudad de Dakha con el distrito
financiero al fondo. Foto Soman/Wikimedia Commons
Miles de personas se suben al techo de un tren atestado para regresar a sus
pueblos y participar de las celebraciones del festival Eid al-Firt con el que
finaliza el Ramadán en Dhaka (Bangladesh). Millones de ciudadanos retornan a sus
lugares de origen para celebrar el más grande festival con el que se marca el
fin del mes Ramadán para los musulmanes. EFE/ABIR ABDULLAH
Dos lavanderos cuelan el agua contaminada en el río Buriganga de Loharpool, en Dhaka, el viernes 29 de junio de 2012. EFE/Abir Abdullah
La gente hace cola para recoger el agua de un camión de la Autoridad de Agua y
Alcantarillado (WASA) en las afueras de Dhaka. El suministro de agua a los
habitantes de Dhaka se ha reducido drásticamente en el último mes debido a los
cortes de energía y el calor del verano, según medios locales. REUTERS / Andrew
Biraj
Saddam Hossain, de tan solo 5 años, trabaja en un centro de reciclaje de envases
de plástico cerca del río Buriganga, en Dakha. REUTERS / Andrew Biraj
La miseria es la cara de Dhaka. Una madre hace cola con su hijo para recibir
ropa de una ONG. REUTERS / Andrew Biraj
Pero no solo en el techo, sino también entre las juntas de los vafgones, como
esta mujer y su hijo. REUTERS / Andrew Biraj
Un niño espera con su madre hacinados en una cola para comprar los billetes de
tren antes de la festividad de Eid al-Fitr en Kamlapur Railway Station, en
Dhaka. Las autoridades ferroviarias de Bangladesh dispusieron de más de una decena de
trenes especiales para facilitar el viaje de miles de personas a sus casas por
la festividad de Eid al-Fitr. REUTERS / Andrew Biraj
Una trabajadora sostiene a su hijo mientras da forma a un cristal en un horno
pequeño en una fábrica de brazaletes. Alrededor de 150 mujeres y niños trabajan
unas 15 horas al día. Los trabajadores ganan unos 500-700 takas por semana (de 5
a 7 euros). REUTERS / Andrew Biraj
Este niño aprovecha el agua para darse una ducha. REUTERS / Andrew Biraj
El hijo de un trabajador duerme en el suelo al lado de una pila de productos acabados de una fábrica de cristal brazalete. REUTERS / Andrew Biraj
Tampoco la educación se salva en Dhaka. Un estudiante de Ingeniería de la Universidad de Bangladesh se manifiesta para pedir la destitución del vicepresidente y rector de la universidad. El sistema de educación de Bangladesh está plagado de maestros que pagan sobornos para conseguir un puesto. REUTERS / Andrew Biraj
Una escena del día a día. Aún a riesgo de perecer en el intento, como mueren muchos, estos pasajeros tratan de abordar un tren atestado de gente en una estación de tren en Dhaka. Millones de personas realizan el viaje cada día en el techo del ferrocarril. REUTERS / Andrew Biraj
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