En 2007, después de trabajar para pequeñas empresas de serigrafía durante casi 10 años, April Wade y su novio Justin Sellers (de 32 y 27 años, respectivamente) decidieron lanzarse a la aventura por sí solos. Anchor Screen Printing, en Fort Walton (Florida) se dedicaba a la fabricación de camisetas personalizadas con diseños de parroquias locales, colegios, empresas y clientes particulares. Dos meses después de abrir su negocio, no ganaban lo suficiente para cubrir el alquiler de su tienda y taller de imprenta de 185 m² (además, la pareja se había endeudado por un importe de 25.000 dólares que les había prestado un amigo).
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Fue entonces cuando uno de los amigos de April le habló de Etsy, un servicio de intermediación en línea que pone en contacto a artesanos con compradores. Wade y Sellers imprimieron algunas camisetas con diseños personalizados (algunas con diseños de artistas externos) y publicaron las fotos en el sitio de Etsy. Desde luego, fue una buena idea. "No podríamos haber seguido con nuestro negocio de otro modo -explica April Wade-. Gracias a esto, pudimos sobrevivir mientras íbamos construyendo nuestra empresa.
En los dos últimos años, Deadworry, el sitio que creó la pareja dentro de Etsy, les ha permitido vender 5000 camisetas, vestidos de algodón y bolsos, lo que les ha reportado 150.000 dólares americanos en ventas. Etsy se queda con una comisión del 3,5% (6000 dólares) y una cuota de 20 céntimos por cada producto que anuncian en la web.
Y lo mejor es que no hay costes de publicidad. Actualmente, el público de Etsy, entre 3 y 4 millones visitantes al mes según las cifras de la empresa, se encarga de esa parte. "Hay tanta gente viendo toda esa publicidad, que al final acaban encontrándote", explica Wade. A día de hoy, Etsy sigue representando cerca del 50% de los ingresos anuales de Anchor.
La pareja Anchor forma parte de una nueva ola de empresarios en línea, los que quieren obtener unos ingresos extra, así como del 10,4% de la población activa que lucha por mantenerse a flote mientras busca otro empleo.
Los mercados virtuales ya asentados, como eBay y Craigslist fueron los pioneros en el decenio de 1990. Ahora hay una serie de nuevos y emocionantes sitios web que se dedican a nichos de compradores y vendedores. Dos ejemplos: Infochimps facilita la venta de información estadística (por ejemplo, las cifras de los fumadores de cigarrillos, clasificados por sexo y estado de Estados Unidos), y Sittercity pone en contacto a padres y madres con niñeras.
Muchos sitios de comercio electrónico desaparecieron con la crisis de las "punto com" de 2001. "El problema de las empresas nuevas como estas era que no hay liquidez suficiente para crear un mercado viable con algo tan pequeño -explica Paul Kedrosky, socio senior de la fundación Kauffman (Kansas City, Missouri) sin ánimo de lucro, dedicada al estudio de la vocación empresarial-. Ahora se pueden encontrar grandes mercados en áreas pequeñas y oscuras, principalmente debido al impresionante crecimiento de la población en línea. Hay más liquidez en los mercados pequeños de ahora que en los grandes, como eBay, hace 15 años".
El comercio en línea sigue estando relativamente sano, a pesar de la recesión. Según el Departamento de Comercio de Estados Unidos, las ventas del comercio electrónico del tercer trimestre que concluyó en septiembre, alcanzaron los 34.000 millones de dólares, lo que supone un crecimiento del 1,8% con respecto al mismo período del año anterior. Mientras tanto, el volumen total de ventas minoristas se contrajo un 7,5%, hasta los 920.000 millones de dólares, durante el mismo período.
Etsy sigue siendo pequeño, pero cada vez registra más movimiento. Durante el mes de octubre, los artesanos vendieron un millón de productos y generaron unos ingresos aproximados de 17 700 000 dólares, un 11% más que en el mes anterior. Steve Barsh, socio de una joven empresa de Filadelfia, DreamIt Ventures, explica: "Para los mercados menos específicos, como eBay, es difícil entrar en estos nichos de mercado, porque no pueden formar comunidades".
En mayo, su empresa compró un 6% de las acciones de Notehall.com por un importe de 25.000 dólares. Notehall.com es un mercado en el que los estudiantes de 14 universidades, incluidas las universidades de Arizona, Purdue y Drexel, pueden vender sus apuntes y guías de estudio. ¿El precio? 25 céntimos por unas notas y un dólar por las guías de estudio. De estos importes, Notehall se queda una comisión del 50% por cada operación. El fundador, Sean Conway, afirma que Notehall atrae 65.000 visitas y gestiona alrededor de 10.000 transacciones cada mes. Conway quiere llegar a 50 universidades en mayo de 2010.
Bill Tai, socio de Charles River Ventures, prevé un renacimiento del comercio electrónico. "Todos los demás segmentos de internet se han rehecho, todos salvo el comercio electrónico -afirma Tai, que en 2007 invirtió 6 millones de dólares en Glyde.com, un mercado de CD, libros y videojuegos usados-. Durante los períodos de recesión, aumenta la creatividad para ganar dinero y sacar beneficios de donde se puede".
De hecho, la tasa de desempleo de Estados Unidos no recoge lo que el señor Kedrosky, de la fundación Kauffman, denomina formas "atomizadas" de trabajo. "No digo que las tasas de desempleo no sean astronómicas -añade-, pero nuestras mediciones son equivocadas y hoy las personas tienen más oportunidades que nunca de ganar dinero de formas poco convencionales".
21 de diciembre de 2009, 02:52 PM
Forbes Por: Maureen Farell
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