domingo, 21 de agosto de 2011

La heroica estafa del falso capitán de Köpenick

Esta es la historia de un hombre que estaba cansado de vivir en la pobreza mientras veía cómo los políticos de su ciudad vivían de manera despreocupada gracias a las arcas municipales. Wilhelm Voigt había sido despedido de su trabajo como zapatero y la leyes de entonces no permitían que una persona sin permiso de trabajo pudiese residir en Berlín. A pesar de ello, se quedó y quiso dar un escarmiento a los miembros de la clase política.

Hoy en día, la vida e historia de este hombre se explica en todas las escuelas alemanas como ejemplo de valerosa resistencia a un gobierno injusto. La mañana del 16 de octubre de 1906, Wilhelm Voigt, de 57 años, se vistió con un uniforme de capitán del ejército prusiano que había comprado de segunda mano y salió a la calle. Se dirigió hasta Köpenick, un pequeño suburbio de Berlín, y allí se puso al mando de un pelotón de soldados que efectuaban prácticas de tiro en una caserna.

Voigt dio de manera fría, perfecta y contundente una serie de órdenes mientras los soldados se ponían de inmediato bajo su mando. Nada hacía pensar entre el pelotón que aquel capitán que les dirigía hacia el ayuntamiento no era militar, sino un simple zapatero en paro que había estado en varias ocasiones en prisión por pequeños delitos.
Fotografía de la ficha policial dde Wilhelm Voigt

Una vez llegaron a la casa consistorial, ordenó subir al despacho del alcalde y detenerlo junto al tesorero municipal. Los subordinados quedaron perplejos mientras Voigt, con sangre fría, acusaba a los dirigentes de malversación de fondos públicos y tomaba de la caja de la tesorería los 4.000 marcos que allí había, firmando un recibí en el que curiosamente puso el nombre del director de la última prisión en la que había estado preso. Posteriormente, ordenó llevar al alcalde y al tesorero a la capitanía general de Berlín. Wilhelm Voigt salió del edificio, se dirigió a la estación de Köpenick y desapareció.

Sólo diez días más tarde, el 26 de octubre, fue arrestado en un burdel. En poco más de un mes, compareció ante un tribunal con todas las de perder. No obstante, no tardó en ganarse rápidamente a los presentes. Su historia fascinó a todo el mundo hasta el punto de que la prensa comenzó a publicar artículos hablando de su gesta de una manera favorable.

El favor de la opinión pública fue tal que el 1 de diciembre se le condenó a 4 años de prisión, pero la presión popular y mediática consiguió, dos años después (16 de agosto de 1908) el indulto concedido por el Kaiser Guillermo II.

Una vez puesto en libertad, Wilhelm Voigt se dedicó a explicar su historia en pequeños teatros, aumentando su popularidad de tal manera que consiguió realizar una gira por los Estados Unidos, Canadá y Francia. En 1909 publicó un libro autobiográfico titulado "Cómo me convertí en capitán de Köpenick. Mi biografía. Por Wilhelm Voigt, llamado capitán de Köpenick". Con el dinero que ganó con su venta se compró una casa en Luxemburgo, lugar donde se retiró a vivir tranquilamente hasta su fallecimiento en 1922.

Si uno de estos días visitas casualmente la ciudad que le hizo famoso, te encontrarás con una estatua conmemorativa a Wilhelm Voigt, el capitán de Köpenick, en la entrada del ayuntamiento.
Fuente de consulta e imágenes: koepenickia

Estatua de Wilhelm Voigt en la entrada del Ayuntamiento de Köpenick

lunes, 15 de agosto de 2011

¿Existió el Flautista de Hamelin?

Imagen más antigua del flautista de Hamelin, pintada por Augustin von Moersperg. (Wiki Commons).


El Flautista de Hamelin es posiblemente uno de los cuentos que más popularidad alcanzó de todos los que escribieron los Hermanos Grimm.

La historia de un pueblo infestado de ratas que recurre a un "cazador" cuya habilidad es tocar la flauta para llevárselas fuera de la población, era un relato muy efectivo a la hora de contar a los más pequeños de la casa. Pero el momento impactante del cuento llega cuando el alcalde no quiere satisfacer los honorarios del cazador y éste decide, como represalia, llevarse a todos los niños del lugar.

Los hermanos Grimm escribieron, a principios del siglo XIX, este y otros cuentos en base a una recopilación de historias populares que corrían de boca en boca a través del tiempo. Est, concretamente, la sitúan a finales del siglo XIII. El poeta y dramaturgo Robert Browning también publicó su propia versión de este relato y, aunque lo databa un siglo más tarde que el cuento de los Hermanos Grimm, la mayoría de los hechos coincidían.

Numerosos son los investigadores que han tratado de averiguar qué hay de cierto y qué de leyenda en esta historia. Pues bien, los documentos consultados han permitido llegar a la conclusión de que el protagonista de la historia realmente existió, aunque algunas partes de los relatos no se ajusten a lo que posiblemente ocurrió realmente.

Varias teorías

Algunas fuentes consultadas coinciden en que la figura del flautista de Hamelin es es en realidad una metáfora para nombrar a la muerte. Existen documentos que hablan de una epidemia de peste que se produjo en esa comarca durante el siglo XIII. La enfermedad afectó a un centenar de niños (la mayoría de muy corta edad) que perecieron, causando un terrible dolor entre los habitantes de la ciudad.

Otros aseguran que en esa época de formación de nuevos condados, países y territorios, el Obispo Bruno de Olomouc dio el encargo de repoblar con nuevos habitantes unas tierras que le había concedido el Rey Otakar II. Tal encargo lo recibió un hombre vestido con unas ropas de colores llamativos que tenía la habilidad de tocar la flauta. Su profesión era la de "cazador de ratas". Tras instalarse, el protagonista trabajó durante un tiempo en la población de Hamelin liberando a la ciudad de los roedores que allí había. De repente, una noche desapareció del lugar llevándose consigo a 130 niños que fueron llevados como nuevos pobladores de las tierras del Obispo de Olomouc.

Las diferentes fuentes sitúan la fecha de los hechos en el 24 de junio de 1284 ó el 22 de julio de 1376. A pesar del casi un siglo de diferencia entre una fecha y otra, las múltiples coincidencias en las historias y leyendas populares hacen que, cada vez, coja más fuerza la hipótesis de que el flautista de Hamelin existió.

Actualmente, la población de Hamelin se llama Hameln, en Alemania, y existen múltiples referencias que exponen en sus calles dedicadas a esta historia y a uno de los personajes más famosos de los cuentos y relatos infantiles.

Fuentes de consulta: pitt.edu / PubMed / pied-piper-anniversary
Tomado de Cuaderno de Historias

sábado, 6 de agosto de 2011

¿Quién fue La Güera Rodríguez?


MÉXICO, D. F., agosto 5 de 2011. (EFE).- María Ignacia "La Güera" Rodríguez, una aristócrata cortesana del siglo XIX que tuvo amoríos con Bolívar, Humboldt e Iturbide e influyó en la independencia de México, inspiró la escultura de la Virgen de la Purísima, aseguró hoy a Efe el caricaturista Antonio Garci.

"Según las crónicas, La Güera era bellísima y se acostaba con los hombres más poderosos de entonces", dijo el humorista, quien destacó que la escultura refleja la belleza y parte de la voluptuosidad que se le atribuyen a esta mujer.

El escultor español Manuel Tolsá (1757-1825), creador de la popular estatua ecuestre de Carlos IV, conocida en México como "el Caballito", se inspiró en la Güera para esculpir una estatua de la Virgen de la Purísima, que se encuentra en la iglesia La Profesa de la capital mexicana, explicó

"La Güera Rodríguez fue un símbolo sexual de su época, una "Marylin Monroe en su momento, que tuvo amoríos con Simón Bolívar, con Alejandro Von Humboldt y con Agustín de Iturbide, quien consumó la independencia de México", agregó Garci al comentar su libro "Más pendejadas célebres en la historia de México" (Planeta, 2011).

La Güera (1778-1851) fue una mujer de la nobleza novohispana que escandalizó por su liberalidad a la sociedad de su época, cuyos amoríos, reales o ficticios, con numerosos hombres de su época forman parte de las leyendas en torno a ella.

El caricaturista comentó que se trata de un personaje olvidado en la historia mexicana pues apoyó a Hidalgo y promovió a Iturbide para que consumara la independencia del país. Fue "el único vínculo entre Hidalgo e Iturbide" y, por tanto, "decisiva en el comienzo y la conclusión del proceso independentista", indicó.

Garci recordó que después del estallido de la revuelta de Hidalgo en 1810, la Inquisición investigó a la Güera por su "inclinación al adulterio", no obstante, debido a que conocía muchos secretos sexuales de los personajes más poderosos, sólo es amonestada y exiliada a otra ciudad.

En 1820 un grupo de aristócratas conservadores, encabezados por el obispo Matías de Monteagudo, promovió un movimiento para separar a México de España en protesta contra el régimen regido por la Constitución de Cádiz, y para liderar esta causa se nombró a Agustín de Iturbide, a instancias de la Güera Rodríguez.

El libro "Más pendejadas célebres" recoge también otros hechos contradictorios, ilógicos y ridículos de la historia de México, entre estos la persecución a los creadores del himno nacional, el poeta mexicano Francisco González Bocanegra y el músico catalán Jaime Nunó.

Ambos artistas fueron ganadores de un concurso convocado en 1853 por el Gobierno conservador de Antonio López de Santa Ana para crear un himno mexicano.

No obstante, el premio nunca se les pagó a los autores, y con la llegada de los liberales al poder en 1957, éstos tuvieron que esconderse y Nunó salió huyendo del país.

González Bocanegra murió de tifoidea y en el olvido en 1861, mientras que Nunó fue localizado 30 años después en Estados Unidos, y se le invitó para rendirle honores, no obstante, días después fue expulsado como persona non grata por unas declaraciones a un diario que generaron una fuerte hostilidad en su contra.

Lo que pasó con Nunó es "similar a lo que les sucede a los entrenadores de la selección mexicana de fútbol, primero los ponen por las nubes y luego los persiguen para lincharlos", dijo Garci.
El humorista también resaltó que actualmente solo se canta entre el 20 % y el 40 % de la letra original del himno, debido a que los gobiernos posteriores censuraron diversas estrofas "por motivos políticos o prácticos".

Además, recordó que México obtuvo los derechos sobre el himno apenas en 1942, 89 años después de que fue compuesto, y luego de que pagó una pequeña cantidad a los descendientes de González Bocanegra y de Nunó.

Finalmente, cuenta que el himno mexicano fue registrado en el siglo pasado en EE.UU. a nombre de Edward B. Marks, por la editora Brodcast Music Inc (BMI), la cual envía, a todos los eventos en ese país donde se interpreta, a un representante para cobrar los derechos de ejecución, si bien la mayoría no los paga.

El caricaturista Antonio Garci posa hoy, durante una entrevista con Efe en Ciudad de México (México). Garci aseguró, al comentar su libro "Más pendejadas célebres en la historia de México" (Planeta, 2011), que María Ignacia "la Güera" Rodríguez, una aristócrata cortesana del siglo XIX que tuvo amoríos con Bolívar, Humboldt e Iturbide. EFE